jueves, 21 de abril de 2011
viernes, 1 de abril de 2011
En Clave de Humor
Había sido un buen esposo. Había atendido bien a sus hijos. Había luchado en la vida. Pero había sido muy materialista... Su visión de la vida era de peso, pero de peso moneda ($).
Esperando su muerte, llamo a sus tres hijos. Les pidió que cuando estuviera en el ataúd, accedieran a su última voluntad. Los hijos aceptaron.
¿ Cuál fue su última voluntad?
Que cada hijo depositara en el cajón $100.000
Llegó el hijo mayor, comerciante, llorando:
_ Papá tu has sido para mi un buen padre. Aquí está mi aporte de $100.000. Adiós.
Llegó el segundo hijo, médico, destrozado:
_ Papá tu siempre velaste por nuestro bien. Gracias, Aquí está mi aporte de $100.000. Adiós.
Llegó el tercer hijo, abogado, con profunda tristeza:
Papá tu luchaste siempre por nosotros. Nunca te acobardó ninguna dificultad. Siempre miraste a largo plazo. Aquí cumplo tu voluntad. Adiós.
Depositó un cheque de $300.000 a cobrar en 30 días, y retiró los $200.000 en efectivo.
Moraleja:
No es la risa
la que expresa alegría,
sin la paz
de una conciencia tranquila.
La persona que descubre el poder del buen humor
ha encontrado el arma para vencer el pesimismo
y alumbrar los lugares oscuros de la existencia humana.
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